Patricia, de Cukadas para peques, ha creado este original diseño inspirado en el baobab más primaveral del mundo, que como ya sabéis se encuentra en el Asterisco B-612 de Desdemicielo. Dependiendo del acabado, puede ser un broche, un imán para el frigo, el estampado de una camiseta, o incluso, un adorno para el árbol de Navidad, que repleto de mini-baobabs, tiene que quedar de lo más original y divertido.
Estas son las nuevas tarjetas de visita de Vivir para Contarla. En ellas aparece el baobab gigante y colorido en el que empezó toda esta historia, y como no podía ser menos, un cielo azul de primerísima categoría.
Estamos trabajando en varias Fábulas que nos han encargado para el Día de la Madre, que por cierto, este año cae 1 de mayo. Nos gustaría que este regalo guste tanto a los niños como a las mamás, y sobre todo, nos gustaría que al mirarlo, ellas sintieran que más que un libro es un abrazo. Pero conseguir algo así, es tan, tan difícil...
Y este cura tan simpático, es otra de las ilustraciones que aparecen en las Fábulas de Primera Comunión, que por cierto, están quedando muy pero que muy bonitas.
En su primer cumpleaños de casado, Esther le ha regalado a Fernando una Fábula que se desarrolla en San Sebastián, donde se encuentran trasladados por motivos de trabajo.
Ahora que se acerca el buen tiempo y las bodas empiezan a brotar casi como las amapolas, ha llegado el momento de sacar del armario (literalmente hablando) el Super-Tríptico que hicimos para publicitar en Fira Novios Alicante, las Fábulas Cotidianas Personalizadas dedicadas a bodas, despedidas de solteros y San Valentín. Aunque no teníamos stand propio, iban a exponerse en el de la maquilladora y estilista Carmela Martín, así que ni cortos ni perezosos imprimimos doscientos. Al fin y al cabo, no todos los días se presenta una oportunidad como esa... Personada en el evento, pude comprobar con desilusión que los fabulosos trípticos estaban arrinconados sobre una mesita camilla ubicada en lo más oscuro del stand más periférico de la Feria. Consciente de que con semejante trato, los pobrecitos se sentirían de lo más humillados, me apresuré a sacarlos de allí y a traerlos de vuelta a casa, donde hasta hoy han permanecido perfectamente instalados en el armario de mis chismes preferidos. Mirad, mirad que bonitos...
